Hoy los Grupos municipales Cs, SSP, VTLP y
PSOE hemos solicitado la creación de una comisión de investigación; el PP registró
otra petición al margen de este consenso.
Y hay dos
diferencias. La primera es de método, por sentido común: la que presentamos
cuatro de los cinco grupos municipales especifica que se creará partir del 30
de junio de 2017, a efectos de que se pueda resolver primero la situación de
incertidumbre. Primero dejemos los deberes hechos, al menos en lo fundamental,
y después depuremos responsabilidades políticas.
La segunda
es de respeto a la ciudadanía. La gente no está tan despistada. La gente se
acuerda perfectamente de quién ha gobernado esta ciudad hasta antesdeayer, como
quien dice. La gente sabe que quien asumió deudas que ahora condicionan toda la
operación fue un gobierno del PP. La gente sabe que quienes pasan por los
juzgados a declarar son miembros de ese gobierno del PP. Y, por tanto, proponer
que ahora la comisión de investigación sea presidida por el PP, es reírse de la
gente. Ninguna formación que haya pasado por el gobierno municipal puede ser
quien presida: por eso hemos propuesto que lo haga Sí Se Puede, como
grupo con mayor representación de los dos que no han participado ni en el
gobierno actual ni en el anterior.
El pasado
Pleno pedí honestidad en el debate. Críticas a la gestión, todas las que hagan
falta; pero mentiras, ninguna. Y la voluntad del Grupo Popular por enfangar el
debate es realmente obscena. El señor Martínez es capaz de plantarse en
una asamblea vecinal de cientos de personas e inventarse al tuntún cifras con
tal de llevarse algún aplauso fácil e intentar desviar el foco. Qué cuajo. Todo
vale, no vaya a ser que alguien levante la vista del titular y se dé cuenta de
que fueron ustedes los del cuento de la lechera. El soterramiento era un hecho,
pero hoy no, mañana. Y así dejaron correr los años y los intereses, ocultando a
la ciudadanía las dimensiones del boquete que estaban dejando a la ciudad. Y
ocultando cartas firmando ilegalmente en la que comprometían la hacienda
local.
Si algo
hemos hecho mal en el actual gobierno, y tendremos que pedir perdón por ello,
es habernos empeñado demasiado tiempo en salvar lo que era insalvable. No
queríamos frustrar una esperanza tanto tiempo prometida a la ciudadanía. Y por
eso se ha peleado contra viento y marea (quien diga lo contrario no puede
conocer a Manuel Saravia) por lograr algún acuerdo con el resto de
instituciones para salvar el proyecto, para ir al menos haciendo ahora
compatibles con un soterramiento futuro. Por duro que fuera admitirlo, el rey
estaba desnudo. Lo que toca ahora en esta comisión es descubrir desde cuándo lo
sabía el PP y por qué no dijeron nada a la ciudadanía, por qué han dejado
correr los intereses (que pagamos a escote los vallisoletanos) sin
conseguir a cambio nada más que promesas.
En el
PP pretenden
hacerse los sorprendidos, como si lo hubieran dejado todo encauzado y con las
arcas saneadas, con la esperanza de que les dé rédito electoral. No
pueden engañar a la ciudadanía, lo habían llevado a un punto en el
que las opciones reales no eran soterrar o no soterrar. Las opciones eran
seguir acumulando deuda a cambio de nada, de promesas, o taponar la sangría y
mejorar la permeabilidad en torno a la vía. No es la solución que queríamos,
pero es al menos una solución, no es humo. Lo fácil habría sido seguir
vendiendo la moto, pero hemos preferido la vía de la honestidad y de mejorar la
calidad de vida de los barrios eternamente olvidados. Hacer de la necesidad
virtud, aún a sabiendas de que nos iba a costar rechazo, al menos inicialmente.
Yo confío en
que con el paso del tiempo se entenderá que no se podía hacer nada mejor para
la ciudad. Pero lo que está claro es que daremos la cara, lo estamos haciendo
desde el primer minuto, aunque nos cueste disgustos. Con los vecinos y las
vecinas, respetando los desacuerdos, los duelos y trabajando por el bien
común. Lo que siempre nos ha movido.
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