martes, 23 de febrero de 2016

En defensa de los derechos y libertades

Artículo publicado en Delicias al Día

La aritmética parlamentaria resultante de las elecciones del 20 de diciembre no tiene precedentes y está complicando de una manera hasta ahora desconocida la formación de gobierno. Va a tocar hacer un curso acelerado de parlamentarismo, sobre todo para quienes no habían contemplado más opción que las mayorías absolutas o muy amplias con pequeños apoyos. La nueva situación permite mayorías variables en función del tema que se debata, algo habitual en otros países. Es una experiencia que también estamos viviendo en los ayuntamientos desde el pasado mes de mayo; aquí mismo hemos visto todo tipo de combinaciones en varias votaciones, y sobre todo se ha profundizado el diálogo previo y la búsqueda de acuerdos, como destacó la prensa en el pasado debate presupuestario.

En el Congreso de los Diputados podría darse la circunstancia de que se acabara formando un gobierno encabezado por Rajoy u otra persona del PP pero que se aprobaran leyes sin su apoyo. Y lo mismo con uno de Sánchez, por supuesto. Incluso si no se llega a formar gobierno y se repiten las elecciones el Congreso tiene la posibilidad y el deber de continuar con la tarea legislativa. Y ello debería permitir corregir, al menos, algunos excesos de etapas pasadas. Hay consenso entre grupos que suman una mayoría parlamentaria holgada en que la llamada “Ley Mordaza”, en su totalidad o al menos en parte, debe ser derogada. No debería desaprovecharse esa mayoría, fruto del mandato ciudadano, y derogar tanto la reforma de la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana, como la del Código Penal, ambas aprobadas el pasado año.